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Hay muchas cosas que nos ocurren en nuestra existencia para las que no tenemos explicación. A veces la vida no va bien. Enfermedades, perdidas, problemas económicos. Son esos momentos los que clamamos a Dios en busca de ayuda…cuando muchas veces llegamos a estas situaciones por no haber considerado si “la voluntad de Dios para nosotros “la hemos tenido en cuenta antes de todo.

El universo tiene sus “leyes” y nosotros o no las conocemos, o las ignoramos o directamente nos las saltamos.

La mayoría de la población en occidente, antes de la invasión islámica, es de  de fe cristiana, y nos enseñaron desde pequeños esa oración que ya casi nadie dice: “el Padrenuestro”

Cuando nos afanamos en que la vida sea como nosotros queramos que sea, o en como los demás nos dicen que tiene que ser, olvidamos que nosotros somos “avatares” en este mundo, mientras que quien tiene TODA INFORMACIÓN de nuestro destino es “Nuestro Padre que está en los cielos”

Por eso decir: “Hágase tu voluntad” es pedir lo perfecto para nosotros, porque nosotros realmente no sabemos que es lo mejor para nosotros, pero El, sí.

 

¿Cuándo Jesús dijo que se haga tu voluntad?

Quedaros aquí y velar conmigo». Él se adelantó un poco más y se inclinó rostro en tierra mientras oraba: «¡Padre mío! Si es posible, que pase de mí esta copa de sufrimiento. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía». Mateo 26:36-46 NTV

Como será de importante confiar en que la voluntad del Padre es LO MEJOR para nosotros, que Jesús, sabiendo que iba a morir, lo dice

 

¿ Por Qué dice Jesús a su Padre que se haga tu voluntad?

Él dice, porque ‘no busco mi voluntad, sino la voluntad del Padre, que me envió’ [véase Juan 5:30]. Mis hermanos y hermanas, ése es el principio de conformidad con el cual me he esforzado por actuar desde que se me reveló que mi Padre Celestial —y su Padre Celestial— existe. Me he esforzado por hacer Su voluntad

Jesús sabia lo importante que era hacer la voluntad de aquel que sabe que es lo mejor para ti

 

Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo

Ésta, que es la tercera petición de la oración que Jesús nos enseñó, el Padre Nuestro, está explicada para que aprendamos a rezarla con todos sus sentidos ¿Qué quiere decir hágase tu voluntad?

Significa orar como lo hizo el Salvador, a Dios, nuestro Padre Celestial, diciendo: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad”. Es una oración que hacemos con toda nuestra alma, y como la hizo Jesucristo, que creía sin ningún tipo de duda que su fuerza venia de lo “alto” del Padre

 

 

¿Qué nos dice la Biblia sobre la voluntad de Dios?

 

¿Cuál es la voluntad de Dios para nosotros? Es muy importante entender que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. Él nos ha creado con un propósito y anhela que lo cumplamos. La Biblia dice que Dios desea que todos los hombres sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2:4).

La Voluntad de Dios es que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Esa es la revelación del Misterio de Su Voluntad (Ef. 1, 9-11).

 

En un mundo intoxicado de New Age, de Psicología Positiva, y de religiones de otros países, en España no se habla con el Dios que nos enseñaron nuestros abuelos, y al que ellos rezaban dando gracias o pidiendo ayuda.

 

Quien cumplió plenamente la Voluntad del Padre fue Jesús, quien dice: He aquí que vengo a cumplir Tu Voluntad ((Hb. 10, 7). Él hace siempre lo que agrada al Padre (Jn 8, 29), y no vino a hacer su voluntad sino la de Dios (Lc. 22, 42).

¿Hacemos nosotros lo mismo? No vaya a ser que digamos una cosa en el Padre Nuestro y en realidad queramos otra, o nos de lo mismo cualquier cosa.

Hacer la Voluntad de Dios implica una obediencia amorosa a Él, sabiendo que todo concurre para el bien de quienes lo aman.

Si unimos nuestra voluntad a la de Jesús, haremos la Voluntad del Padre como Él.

Es un camino simple, sencillo y feliz.

El Espíritu Santo que proviene del Resucitado nos conforma con el Hombre Nuevo y Celestial que puede hacer la Voluntad divina.

Y no solo en nosotros individualmente, sino que lo que pedimos en la oración que Jesús nos enseñó con amor es que esa Voluntad se cumpla en todas las creaturas, en toda la tierra: Hágase Tu Voluntad, en la tierra.

No solo en el hombre, varón y mujer, plasmados del barro, sino en toda la creación, que anhela expectante la plena revelación de los hijos de Dios (los seres inteligentes que cumplen la Voluntad de Dios), para verse libres de la esclavitud del pecado a las que el hombre las sometió (Rm. 8 , 22-23), y alcanzar el punto cumbre de divinización que lograremos plenamente en la Resurrección final.

Las criaturas irracionales están unidas a nuestro destino eternamente, y el amor con que hayamos hecho la Voluntad de Dios en ellas permanecerá en la Creación Glorificada.

 

¿Cómo conocemos la Voluntad de Dios?

Él la da a conocer en la oración, si buscamos con ella la intimidad con Él. Debemos dedicarle tiempo como se lo dedicamos a una Persona a la cual amamos: Charlar, dialogar, escuchar, estar…

Una vez conocida, se necesita constancia para llevarla a la práctica y no desecharla a la primera tentación de poder, placer o riqueza que se interponga en nuestro camino.

Además, Dios escucha al que hace su Voluntad, así como el que hace Su Voluntad escucha a Dios…

Si hacemos la Voluntad de Dios, Él hará la nuestra, porque se ha identificado con la de Él, y nos sentiremos plenamente realizados.

El modelo está en el cielo (Jesús, los ángeles, los santos), por eso decimos: Hágase Tu Voluntad, en la tierra como en el cielo
Aquí nos aproximaremos, en la eternidad serán una sola cosa. No habrá más tierra (lo que está lejos de Él), sino todo será cielo ( Su Voluntad).
La tierra será hecha cielo.
Ya desde aquí podemos transformarla, haciendo Su Voluntad.

 

 

BIBLIOGRAFIA

 

Gustavo Daniel D´Apice
Profesor de Teología

 

 

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