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El Panorama

El panorama de la población a nivel mundial a nivel mental, a través de TODOS los estados ponerse “curiosamente” de acuerdo en la existencia de una “enfermedad” de la que no se sabe nada en concreto, en psicología tiene varias definiciones.
Esto lo saben los psicólogos y psiquiatras, pero parece que no tienen ningún interés en alertar a la población de los estragos que están haciendo los poderes fácticos en la población.

Qué es hacer Luz de gas?

«Hacer luz de gas consiste en intentar conseguir que alguien dude de sus sentidos, de su razonamiento y hasta de la realidad de sus actos…»

Lo que comúnmente se conoce como hacer luz de gas o gaslighting no es otra cosa que establecer un proceso de manipulación o abuso mental consistente en hacer que otra persona dude de su razonamiento, cuestione su pensamiento o su recuerdo y modifique la percepción de la realidad incluso de sus actos.

El gaslighting describe el intento de alguien de modificar o destruir la percepción de algún echo en una persona. Además esta práctica persigue el objetivo de desorientar a la víctima que empezará a dudar de su propio recuerdo basándose en la seguridad con la que el otro le plantea esta nueva visión.

¿Cómo se consigue?

Se trata de una forma de manipulación mental que puede adoptar varias manifestaciones, siempre construyéndose de manera progresiva aunque también sin obviar los métodos y mentiras más frontales, que acrecientan la seguridad en el manipulador y la inseguridad en la víctima.

En palabras del autor Javier Marías, el proceso de creación y uso del efecto luz de gas se describe así:

«Persuadir a una persona de que su percepción de la realidad, de los hechos y de las relaciones personales está equivocada y es engañosa para ella misma.
Negarle que lo ocurrido y presenciado haya ocurrido; convencerla de que en cambio hizo o dijo lo que no hizo ni dijo; acusarla de haber olvidado lo efectivamente acaecido; de inventarse problemas y sucumbir a sus suspicacias; de ser involuntariamentre tergiversadora, de interpretar con error siempre, de deformar las palabras y las intenciones, de no llevar razón nunca, de imaginar enemigos y fantasmas inexistentes, de mentir-sin querer pobre-constantemente.

Para quién sabe persuadir a alguien de todo esto, se trata de un eficacísimo método para manipular a antojo y anular voluntades, para hacerse dueño de la víctima y convertirla en su esclava.»

Abuso moral

Diríamos pues, que esta forma de abuso moral se construye sobre las negaciones más simples por parte del manipulador, cuestionando el sentido de la ocurrencia de determinados eventos en el otro.

Este proceso además, favorece un contexto de aislamiento en la víctima, para elevar la vulnerabilidad al cambio y separarla de opiniones externas que desmonten el artificio. De esta forma esa persona se vuelve insegura e incapaz de funcionar de forma independiente lo que facilita el autocuestionamiento y destruye la confianza en su juicio, intuición y valía.

Síndrome de Münchhausen por poder

El trastorno facticio infligido a otro incluyendo al antiguamente denominado síndrome de Münchhausen por poder, es un trastorno mental del comportamiento que típicamente se manifiesta en personas adultas al cuidado de otras. De manera característica, la persona cuidadora provoca o atribuye a la persona a su cargo enfermedades físicas o mentales, lesiones u otros estados patológicos​ por mecanismos análogos a los del trastorno facticio autoinfligido.

Una forma de maltrato

En el caso frecuente de que la víctima de estas acciones sea menor de edad, se considera una forma de maltrato ​ potencialmente letal. Existe controversia sobre la naturaleza exacta de este trastorno y su diagnóstico y tratamiento.
Las manifestaciones características en las víctimas de los pacientes de trastorno facticio infligido a otros suelen incluir una serie de signos o síntomas difícilmente explicables y refractarios a todo tratamiento, al producirse como consecuencia de acciones deliberadas y recurrentes. Entre estos signos y síntomas pueden encontrarse:

Sangrados o hemorragias.
Convulsiones.
Incidentes repetidos que aparentemente amenazan la vida de la víctima.
Intoxicaciones.
Apnea.
Depresión del sistema nervioso central.
Diarreas y vómitos.
Fiebre real o simulada.
Erupciones cutáneas.
Hipoglucemia o hiperglucemia.
Anemia o bajo peso sin otras causas aparentes.
Hematuria o heces con sangre oculta.
Infecciones múltiples causadas por organismos diversos y, en ocasiones, poco usuales.
Problemas psicológicos incongruentes.

 
 
 
Bibliografia
albacallejapsicologa
WIKIPEDIA

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