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Estamos viviendo unos momentos como nunca antes hemos vivido como seres humanos.

Cuando hablamos de “seres humanos” damos a entender que nos diferenciamos de los animales.

Sin embargo, un animal solo mata para sobrevivir, no por capricho. Un animal cuida su entorno y a los que están en él…y según nosotros los únicos con derechos “espirituales” somos los “humanos”.

Hemos perdido la comunicación con nuestra naturaleza espiritual, que efectivamente nos diferencia del testo de los animales, y parece que nadie se ha dado cuenta…y así nos va ¡

La Espiritualidad es un aspecto esencial del ser humano. Es una vida interior, algo que no es mente y cuerpo sino espíritu. Es algo más amplio que una religión, un proceso dinámico mediante el cual las personas encontramos trascendencia, un sentido final a la vida … a nuestro ser interior.

La Espiritualidad es algo más profundo de la psicología de la personalidad de cada uno, es nuestro santuario interior donde el reconocimiento de uno mismo va más allá de la reflexión analítica y se abre a la confrontación metafísica y teologal con el Abismo de lo desconocido, ya presente, al «que es más íntimo a nosotros que nosotros mismos». Thomas Merton. La oración contemplativa

La idea de espiritualidad es difícil de describir en pocas líneas. A veces se ha definido como la capacidad que tenemos para comprender lo que somos y el papel que desempeñamos en el mundo como seres humanos. Sin embargo, esta definición puede resultar muy general y bastante abstracta.

Lo que parece claro es que la dimensión espiritual es genuinamente humana. La vida espiritual es lo que nos diferencia de otros seres vivos, con los que compartimos la vida biológica. Los humanos tenemos necesidades espirituales relacionadas con preguntas sobre nosotros mismos: ¿por qué vivimos? ¿qué debemos hacer con nuestras vidas? ¿llevamos una vida correcta? ¿serán nuestros buenos actos recordados de alguna manera?

TRES DIMENSIONES ESPIRUALES:

-Capacidad de transcender lo material

-Valores: morales, éticos y empáticos

-Significado de la existencia del ser humano

Trabajar por nuestro crecimiento personal, por ser mejores para nosotros mismos y para los demás, nos ayuda a encontrar bienestar y satisfacción, dirigiéndonos a la paz interior. En este sentido, la espiritualidad también tiene una parte de propósito y búsqueda de significado personal.

 El propósito es una parte de la espiritualidad. La espiritualidad es un camino para combatir la insatisfacción humana, ya que supone buscar experiencias que hagan que nuestra vida personal tome sentido, buscando alternativas para llenar el vacío interior y contribuyendo así a nuestra felicidad.

¿En qué te ayuda cultivar la espiritualidad? La espiritualidad y contemplación interior contribuyen a contextualizar nuestro comportamiento y transcurrir de nuestra vida desde una perspectiva más amplia, dándole valor a nuestro camino vital. Nuestra dimensión espiritual nos ayuda a encontrar el sentido de la verdad, el bien y la belleza. Nos permite tomar distancia para contemplar y comprender el mundo y la esencia de las cosas. Nos ayuda a trascender de nuestra individualidad para ser capaces de observar nuestro entorno de manera desinteresada y poder actuar conforme a nuestros valores.

La espiritualidad alcanza los ámbitos filosóficos, religiosos, psicológicos, etc. y nos ayuda a entender el significado de la vida y de la condición humana.

Nos orienta a cultivarnos por dentro para ser mejores seres humanos y personas más felices.

En este crecimiento personal es donde encontramos un sentido a nuestra vida. El desarrollo de nuestra interioridad y dimensión espiritual contribuye a que seamos más libres para dirigir ésta, para enfocarla en lo importante. Por ello, la espiritualidad se convierte en un elemento imprescindible para ser más felices.

¿Qué dice la ciencia sobre esta dimensión tan humana de nosotros mismos?

Desde que se acuñó el término de “inteligencia espiritual, existencial o trascendente” a finales del siglo pasado, muchos han sido los intentos de indagar sobre su localización cerebral y correlatos neurológicos. El psicólogo Howard Gardner, premio Príncipe de Asturias en 2011, la incluye en su “mapa de las inteligencias múltiples”.

Por otro lado, se han realizado muchos estudios sobre los beneficios cognitivos del desarrollo de la espiritualidad. Algunos resultados indican la relación de la espiritualidad con una vida más longeva y feliz.

¿Es lo mismo espiritualidad que religión?

Parece no ser así. Hay personas profundamente espirituales que no profesan ninguna religión, aunque en otros casos religión y espiritualidad están estrechamente relacionados.

 En todo caso, muchos expertos diferencian los dos términos. Se cree que todos los seres humanos están dotados de espiritualidad. La espiritualidad tiene que ver con la trascendencia, el sentido, los valores de la persona. Para las personas creyentes, la religión es el marco y las creencias desde las cuales interpretan su espiritualidad.

Nuestra experiencia nos dice que para muchas personas no es necesario ser creyente para experimentar la necesidad de cultivar la vida espiritual, para tener el deseo de darle sentido a nuestra vida y de tener la certeza de que hacemos lo correcto.

También resulta indudable que esta espiritualidad influye en todos los ámbitos de nuestra vida, ayudándonos a dar sentido a lo que somos y lo que hacemos. Una persona espiritual es consciente de su propia identidad y de su papel en el mundo. Puede llegar a alcanzar niveles de conocimiento más profundos y desarrolla con más facilidad sus valores personales, estableciéndose propósitos de vida más acordes a esos valores. El desarrollo de la espiritualidad es fundamental para desarrollar una vida consentido.

¿Por qué es importante educar a los niños en la espiritualidad?

– La espiritualidad o interioridad nos ayuda a definir nuestros propósitos y valores. Nos ayuda a huir del vacío filosófico, motivándonos para cultivar nuestros aspectos más relacionados con el conocimiento del mundo y de nosotros mismos: el sentido de la verdad, del bien y de la belleza.

– La espiritualidad o interioridad desarrolla nuestro sentido de identidad y comprensión de uno mismo. Las personas que cultivan su espiritualidad pueden con más facilidad comprender cuál es el sentido y propósito de su vida y elaborar un proyecto de realización personal que les ayude a ser más felices.

– Nos ayuda a tener aspiraciones profundas e íntimas y a llevar un estilo de vida que nos conecte con el mundo, trascienda de él y dé sentido a nuestra existencia. – La espiritualidad ayuda también a forjar el carácter y la personalidad de los niños, haciéndoles personas más maduras.

– Es como una carta de navegación, como una brújula que nos guía en el camino de la vida. Define nuestra forma de pensar y actuar, ya que nos conecta con nuestra propia identidad, con nuestra dimensión humana.

– Para las personas creyentes, el desarrollo de la espiritualidad es imprescindible para desarrollar una auténtica religiosidad.

 

 

 

Bibliografía: 

http://actitudfrentealcancer.org

https://www.educamosenfamilia.com

 

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