fbpx

Están en los supermercados, en las gasolineras, en las grandes superficies y en tiendas de alimentación al alcance del público, que muy poco sabe de los efectos de su consumo.

Suelen se consumidas “como refrescos” cuando en realidad no lo son, y producen síntomas físicos que por lo general quienes la toman, no relacionan con su consumo

 

¿Qué se considera una bebida energética?

Se consideran bebidas energéticas aquellas bebidas no alcohólicas que contienen azúcar, cafeína, taurina, algún tipo de vitaminas y extractos de hierbas y que se promocionan a menudo como “estimulantes y energizantes”.

Es importante diferenciarlas, ya que muchas veces se confunden, de las bebidas para deportistas, diseñadas para la recuperación tras una actividad física intensa debido a su aporte en sales minerales y azúcar.ç

 

Problemas en su composición

Grandes cantidades de azúcar simple.Cafeína: una lata contiene aproximadamente 300-400 mg dependiendo de la marca comercial, equivalente a 3-4 tazas de café o refresco de cola, pudiendo superar la dosis máxima aconsejada para adultos y superando con creces la dosis aconsejada para los niños.

Altas concentraciones de extractos de hierbas: hay muy pocos estudios que determinen sus efectos en los humanos.

 

Efectos nocivos en adultos

Un estudio realizado por expertos de la Universidad de Bonn, en Alemania, señala que las bebidas energéticas que contienen taurina y cafeína ejercen a corto plazo efecto en la contractibilidad del corazón.

Desde la FDA (Administración de Alimentos y medicamentos de EEUU) está siendo estudiada la conexión de este tipo de bebidas con varias muertes denunciadas por el consumo de las mismas, todas las muertes fueron causadas por ataque al corazón, aunque aún no se ha podido establecer la relación.

 

Y  efectos nocivos en en niños

Uno de los principales problemas hoy en día es que estas bebidas son consumidas por niños y adolescentes, a veces sin control, ya que las consideran meros refrescos y ni ellos ni sus padres son conscientes de los peligros que entrañan.

Según un estudio de la EFSA (Máxima autoridad europea en Alimentación) indica que dos de cada 10 niños consumen bebidas energéticas y señala algunos de los efectos adversos que puede provocarles:

Trastorno del estado de ánimo, baja autoestima y depresión

Empeoramiento del rendimiento escolar

Mala calidad del sueño

Empeoramiento del asma

Obesidad

Aumento de la tensión arterial

Aumento de hiperglucemias

Interacción con medicamentos

Problemas óseos y dentales

Puede empeorar afecciones cardiacas preexistentes

 

Las bebidas energizantes no deben ser consumidas por personas con problemas cardiovasculares, gástricos o psicológicos, ni embarazadas ni niños

 

 

Por ello la EFSA es clara en sus recomendaciones: los menores de 12 años no deberían probarlas en ninguna circunstancia, y desaconseja su consumo de forma clara en niños más mayores, ya que se calcula que la mitad del consumo de este tipo de bebidas lo lleva a cabo la población entre 12 y 25 años y habitualmente mezclado con alcohol.

La combinación de bebidas energéticas y alcohol puede provocar, tanto en adultos como en adolescentes efectos indeseables como alteraciones cardíacas como taquicardia, palpitaciones, aumento de la presión arterial, falta de coordinación motora

 

Lo que debes saber

El principal problema es la combinación de taurina y cafeína que contienen, pues tienen efectos negativos en la salud, tanto en adultos como en niños.

Las conclusiones de diversos estudios son claras: su consumo resulta inaceptable en niños, y aceptable en adultos no sensibles a la cafeína, si es moderado y esporádico y no se mezcle con alcohol.

Hay que tener claro que este tipo de bebidas no cubre ninguna necesidad esencial, y sí puede tener riesgos importantes.

Recientemente, la Xunta de Galicia ha lanzado una propuesta de norma que busca limitar el consumo de bebidas energéticas entre los menores de edad. Este movimiento no es una acción aislada; otras comunidades autónomas han decidido estudiar esta cuestión

Por su lado, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ya había encendido las alarmas acerca del incremento en el consumo de estas bebidas entre los adolescentes.

 

Los engañosos beneficios

Las bebidas energéticas no proporcionan más “energía” que las calorías derivadas de los azúcares que contienen. Los ingredientes habituales de estos productos incluyen, además del azúcar, cafeína, taurina, y una serie de otros componentes como la L-carnitina, la glucuronolactona, guaraná, ginseng y vitaminas del grupo B. Si bien un consumo esporádico y en pequeñas cantidades podría no ser perjudicial para individuos sanos, las personas con condiciones psiquiátricas, cardiológicas y metabólicas deberían evitarlas.

 

Repercusiones a corto y largo plazo: insomnio y estrés

Ya se sabía que las bebidas energéticas, ricas en cafeína y otros estimulantes, afectan negativamente a las funciones de los vasos sanguíneos. Sin embargo, los últimos hallazgos van más allá. Estos revelan que una sola lata podría elevar tanto la presión arterial como los niveles de cortisol, la hormona del estrés, entre otros efectos adversos.

Los estudios muestran una preocupante disminución en la dilatación de los vasos sanguíneos en las personas analizadas: antes de consumir la bebida, la dilatación promedio era del 5,1% y cayó a un 2,8% solo una hora y media después. Este cambio sugiere un daño agudo en la función vascular, que podría relacionarse con una mezcla de ingredientes como cafeína, taurina, azúcar y otras hierbas que afectan al endotelio, el revestimiento de los vasos.

Una sobredosis de cafeína no siempre resulta en una situación fatal, sí puede llevar a síntomas graves como palpitaciones, náuseas, vómitos, convulsiones, acidosis metabólica y aumento de la presión arterial. Además, se ha observado un mayor riesgo de hipertensión y diabetes tipo 2 en adultos que consumen este tipo de bebidas.

Y es que, aunque una bebida energética podría tener una cantidad de cafeína comparable a varias tazas de café, la velocidad de consumo se convierte en un factor crítico. A diferencia de las bebidas energéticas, el café se toma caliente y, por lo general, más lentamente, lo que reduce el impacto cardiovascular.

 

Afecciones cardiacas

Además, un estudio realizado en Alemania documenta que desde 2002, las bebidas energéticas han sido responsables de una variedad de afecciones médicas graves, desde daño hepático hasta insuficiencia cardíaca y muerte. Y del mismo modo, un análisis de la revista Pediatrics en 2011 advierte sobre el riesgo particular para los jóvenes, subrayando que no solo se enfrentan a los peligros cardíacos y metabólicos, sino también a una ingesta alarmante de azúcar.

Frente a toda esta evidencia científica, quizá la prohibición no sea la solución, pero sin duda debemos enfrentarnos a estos productos con la misma cautela con la deberíamos afrontar el tabaco o el alcohol.

 

 

 

 

BIBLIOGRAFIA

Monica carreira

Sergio Parra

¡Exclusivo Regalo!
Suscribete a nuestra newsletter

Solo por suscribirte obten nuestra guía
close-link

Pin It on Pinterest

Share This