fbpx

 

La Agenda 2030 dice  en su Objetivo 6:

GARANTIZAR LA DISPONIBILIDAD Y LA GESTIÓN SOSTENIBLE DEL AGUA Y EL SANEAMIENTO PARA TODAS LAS PERSONAS.

Para ello, todos sabemos que están haciendo todo lo contrario, como destrucción de presas (En España son ya unos 200 las que han destrozado), echar todo tipo de sustancias al agua que sale de los grifos de nuestras casas como flúor en cantidades industriales o metales.

Pero con todo y con eso el agua es FUNDAMENTAL en la vida humana, y sobre todo cuando llega el verano, por lo cual también tenemos que tener en cuenta como debemos de tomarla, pues son muchas las personas que en verano suelen pasarse el día bebiendo del liquido elemento, sin tener en cuenta que puede ser perjudicar

 

Mantenernos hidratados es importante. Pero, ¿qué ocurre si bebemos demasiada agua?

El consumo de agua, como el de cualquier otra sustancia, puede ser peligroso si la dosis es demasiado grande

Mantenerse adecuadamente hidratado es esencial para nuestra salud. El agua desempeña un papel vital en la oxigenación de las células cerebrales, la eliminación de toxinas, el transporte de nutrientes en la sangre, la salud cardiovascular y el mantenimiento de una presión arterial saludable.

Además, facilita los procesos metabólicos en los riñones, regula la temperatura corporal, promueve la digestión y mejora la movilidad articular.

Por otro lado, la deshidratación puede llevar a problemas de salud graves, como migrañas, estreñimiento, obesidad e hipertensión. Pero cuidado, la falta de hidratación no es lo único que puede ser peligroso.

Forzar a nuestro cuerpo a ingerir más agua de la que necesita puede ser muy perjudicial para nuestra salud.

¿Qué le ocurre a nuestro cuerpo si bebemos demasiada agua?

Si el consumo de agua supera la capacidad de nuestros riñones para procesarla, los electrolitos en nuestra sangre pueden diluirse en exceso. Esta dilución puede provocar una serie de problemas de salud, cuya gravedad puede variar según la cantidad de agua ingerida. En los casos más leves, el exceso de agua podría causar una sensación de desconexión o apatía.

 Sin embargo, en casos más graves, el consumo excesivo de agua puede dar lugar a una condición médica conocida como “hiponatremia” o “intoxicación por agua”.

Esta condición ocurre cuando los niveles de sodio en la sangre disminuyen de manera drástica. Cuando se produce un descenso brusco en los niveles de sodio, pueden desencadenarse una serie de complicaciones neurológicas.

Estas complicaciones pueden ir desde la inflamación cerebral y las convulsiones hasta el coma e incluso, en casos extremos, la muerte.

Aunque esta situación es poco común, puede suceder cuando una persona consume grandes cantidades de agua y comienza a sentirse mal, pero en lugar de detener su consumo, atribuye su malestar a la deshidratación y continúa bebiendo.

En este contexto, es esencial cuestionarnos cuánta agua es realmente necesaria para nuestro consumo diario y cuándo esta cantidad sobrepasa los límites seguros.

¿Cuánta agua es demasiada?Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, se aconseja consumir entre 1,5 y 2 litros de agua al día. Sin embargo, es importante hacer dos matices:

En primer lugar, debemos señalar que la cantidad óptima de agua que se debe consumir diariamente puede variar considerablemente, en función de factores como la edad, el peso, el sexo o el nivel de actividad física de cada individuo.

Por ejemplo, un hombre de 50 años que pesa 90 kilogramos y cuya rutina diaria incluye levantamiento de pesas probablemente necesitará una mayor ingesta de agua en comparación con una estudiante universitaria de 20 años cuya actividad principal es pasar la mayor parte del día en la biblioteca.

En segundo lugar, la recomendación de un consumo de entre 1,5 y 2 litros no implica que debamos beber -necesariamente- esa cantidad de agua directamente.

Esta recomendación abarca la cantidad total de agua que obtenemos a lo largo del día, y esto incluye el agua que se encuentra naturalmente en los alimentos y otras bebidas que consumimos. Cuando comemos una ensalada, un filete o bebemos un vaso de zumo, también estamos ingiriendo agua.

Por lo tanto, la cantidad de agua que ingerimos directamente puede ser menor que la recomendación diaria de 1,5 a 2 litros.

Entonces surge la pregunta: ¿Cómo podemos saber si hemos bebido el estimado de entre un litro y medio y dos litros de agua diarios, si no podemos calcular con exactitud cuánta agua consumimos a través de los alimentos que ingerimos?

¿Cuánta agua al día debemos beber? El doctor Joel Topf, nefrólogo y profesor clínico adjunto de medicina en la Universidad de Oakland, propone una regla muy sencilla y fácil de recordar: “Debemos beber cuando tenemos sed”.

Tu cuerpo tiene un sistema de regulación muy eficiente y te indicará cuándo necesitas tomar agua. Según este experto, la idea de que se necesitan cálculos complejos y un gran esfuerzo para mantenerse hidratado y evitar las consecuencias de la deshidratación es, en su opinión, completamente infundada.

Es especialmente importante que las personas de edad avanzada, alrededor de los 70 u 80 años, así como aquellas que padecen ciertas condiciones de salud o que toman medicamentos diuréticos, presten una atención especial a su ingesta diaria de líquidos, ya que la sensación de sed puede disminuir con la edad y con ciertas condiciones de salud.

Sin embargo, para la mayoría de las personas, la regla es simple: beber cuando se tiene sed y no obsesionarse con la cantidad exacta de agua que se debe consumir diariamente.

 

BIBLIOGRAFIA : HÉCTOR HERRERA

 

 

¡Exclusivo Regalo!
Suscribete a nuestra newsletter

Solo por suscribirte obten nuestra guía
close-link

Pin It on Pinterest

Share This