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La alimentación es la base de la energía del ser humano, por lo cual es uno de los puntos de ataque de la Agenda 2030, y por tanto deberíamos tener mucho cuidado con esto, ya que cada dia se amplian los problemas y molestias gastrointestinales.

También es cierto que el precio la Cesta de la Compra es de lo que mas sigue subiendo en la economia, y seguirá, hasta que solo podamos comprar lo que los políticos quieran “echarnos de comer”, visto que la mayoría de la población no hace nada por que sea de otra forma.

 

Lo que comemos a diario es la base de nuestro bienestar o de nuestra enfermedad y vamos a concretar en algo que miles de personas sufre a diario: la irritación intestinal.

 

 

 

¿Sufre usted de dolor abdominal, flatulencias, diarrea, estreñimiento o hinchazón? Se siente además constantemente cansado, extenuado, deprimido y con dolor de cabeza?

Podría usted padecer Síndrome del Intestino Irritable (SII). En este corto vídeo, la Sociedad Europea de Neuro gastroenterología y Motilidad (ESNM por sus siglas en inglés) explica la importancia del diagnóstico y de un conocimiento profundo de esta enfermedad crónica para poder tratarla correctamente.

 

Basta con reducir este los azucares para mejorar los síntomas del síndrome del intestino irritable.

 

Dolor abdominal, estreñimiento o diarrea son algunos de los síntomas de este síndrome que puede afectar hasta el 12% de la población

«Hay muchos mitos con el estreñimiento, como decir que aumenta el riesgo de cáncer de colon»

El síndrome del intestino irritable (SII) puede deteriorar la calidad de vida de quien lo sufre, ya que implica síntomas tan incómodos como dolor abdominal, estreñimiento, diarrea u otras molestias.

Se estima que el síndrome del intestino irritable, también conocido como colon irritable, es muy frecuente en nuestro país, ya que se calcula que ente el 2,3 y el 12% de la población española padece esta enfermedad, siendo más frecuente en las mujeres.

Impulsado por el investigador Bodil Ohlsson, profesor de la Universidad de Lund y consultor del Hospital Universitario de Skåne, este trabajo deriva del descubrimiento de un genetista, quien observó que una variación genética que dificulta la descomposición de los azúcares y los almidones en el intestino está sobrerrepresentada entre los pacientes con SII, lo que llevó a los investigadores a optar por intentar dar a estos pacientes menos azúcar y almidón.

 

En concreto, Ohlsson dirigió hace unos años un estudio en el que participaron 105 personas con SII.

Durante cuatro semanas, comieron significativamente menos azúcar y almidón, lo que se conoce como dieta reducida en almidón y sacarosa (SSRD).

Además de los dulces, también debían evitarse los alimentos altamente procesados. Los resultados de ese estudio mostraron que la dieta SSRD redujo en gran medida los síntomas del SII, como dolor recurrente y opresión en el abdomen, así como diarrea y/o estreñimiento.

 

El estudio actual, publicado Nutrients, aborda una pregunta que ninguna otra investigación ha abordado anteriormente: ¿cómo se compara la SSRD con la recomendación dietética actual para el SII, denominada FODMAP? Para ello, desde 2022 los investigadores han comparado ambos tipos de alimentación.

En concreto, los participantes de ambos grupos debían seguir los principios básicos de cada dieta. Pero eligieron con qué frecuencia o regularidad comían. En ambos grupos, independientemente de la dieta, los síntomas del SII mejoraron en el 75-80 por ciento de los pacientes, lo que según Bodil Ohlsson “fue incluso mejor de lo que esperábamos”.

 

Además, la pérdida de peso después de cuatro semanas fue mayor en el grupo SSRD, “mientras que los antojos de azúcar también fueron los que más disminuyeron en este grupo, lo cual es positivo, ya que los pacientes con SII pesan más en promedio que las personas sanas”, advierte Ohlsson.

 

 

 

BIBLIOGRAFIA

Raquel Bonilla

gutmicrobiotaforhealth.com

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