Este año se cumplen 20 años del inolvidable golpe criminal en Atocha en 2004, del mayor atentado de la historia de España y de Europa.
Los atentados, fueron una serie de ataques terroristas producidos en España en cuatro trenes de la red de Cercanías de Madrid. Fallecieron 192 personas y alrededor de dos mil resultaron heridas aquel día.
La población madrileña en shock se preguntaba: ¿Quién y Porque´?. A pocos días de unas Elecciones Generales que serian el día 14 de marzo, y por buscar respuestas, todo el país estaba acostumbrado a los ataques de ETA que fue la primera culpable.
Después las miradas fueron para Aznar por haber apoyado la guerra en Irak y que había sido a través de Al Qaeda. Empezó a correr un SMS en los móviles de todos los madrileños y españoles:
“¿Aznar de rositas? ¿Lo llaman jornada de reflexión y Urdaci trabajando? Hoy 13M, a las 18h. Sede PP, c/Génova 13. Sin partidos. Silencio por la verdad. ¡Pásalo!”.
Las microrredes del 13-M Según explica Cué, la persona que envió ese primer SMS formaba parte de un grupo activista de izquierdas, cercano a IU y a la Facultad de Ciencias Políticas de la Complutense. Este grupo ya estaba activo, por ejemplo, en las protestas contra la guerra de Irak.
Pues el atentado hizo que la historia cambiara, y salió ganador el Partido Socialista. Las heridas abiertas no han cerrado, y las preguntas , aunque con respuestas, parece que no pueden ser dichas en alto, pero lo cierto es que quien lleva años de acoso y derribo con España (EEUU) es el mayor interesado . Porque no quiere un aliado con España, quiere una provincia como Guantánamo.
En el año 2004 el plazo general de prescripción de los atentados terroristas, que no fueran considerados de lesa humanidad, estaba determinado en 20 años.Y claro, semejante crimen es mejor que termine, que los españoles sigamos lamiendonos la herida, sin que nuestro politicos ni nadie nos digan la verdad…porque TODOS , estan involucrados, por activa y por pásiva.
Posteriormente se modificó el Código Penal español (Ley Orgánica 5/ 2010, de 22 de junio. Artículo 131.3) y hoy en día este tipo de delitos ya no prescribe. Qué casualidad que esto tape este año, este crimen sin haber conseguido en 20 años que los españoles sepamos la verdad.
Pero lo que sabemos los españoles, es quien sufrio un atentado parecido, y con parecidos explosivos fue Carrero Blanco, y que en la actualidad los papeles desclasificados de CIA nos dicen quien fue el causante del atentado.
del 11M se dice que hubo muchos involucrados, y muchas son las teorías de quienes y porque …pero lamentablemente algunas de las personas que han querido sacar este crimen a la luz han terminado muy mal, como el caso de Coro Cillán.
El precio de saber la verdad la verdad del 11-M: La penitencia y caída de la jueza Coro Cillán.
Toda la tragedia de Coro Cillán, la jueza apartada de la carrera judicial y hoy en un psiquiátrico. Fue la primera en señalar a Villarejo como un “comisario corrupto con amigos poderosos”
Invierno de 2012, pasillos del juzgado de instrucción número 43 de Madrid. María del Coro Cillán y García de Iturrospe (San Sebastián, 1949), una veterana jueza, titular del tribunal, comenta a una amiga de la Fiscalía que hay un comisario corrupto muy cercano a la Dirección General de la Policía Nacional que quiere acabar con su carrera.
Lo repite convencida un par de veces más, sin titubear. Insiste en que un par de compañeros de la judicatura le han advertido de las malévolas intenciones del policía.
Coro alega que aquel tipo, que tiene «amigos muy poderosos», le cogió «manía desde que abrió la causa del 11-M y empezó a investigar al entonces jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, por una supuesta falsificación de pruebas».
Un mes después, la Audiencia Provincial de Madrid archivó la causa. Caso cerrado. O no. Porque el comisario no desistió en su empeño de acabar para siempre con la carrera de Coro Cillán. «Indirectamente lo consiguió. Ese hombre empezó a mover tantos hilos por detrás que logró desquiciarla, volverla loca», asegura hoy su amiga de la Fiscalía.
Siete años después de aquella conversación en los pasillos del juzgado, el comisario al que se refería la jueza, entonces un desconocido José Manuel Villarejo (67 años), está en prisión por delitos de organización criminal, cohecho y blanqueo de capitales.
Coro Cillán (70 años) que fue inhabilitada por un caso de prevaricación en 2014, está ingresada en el Centro de Rehabilitación Psicosocial San Juan de Dios, en Palencia. Un lugar donde acaban personas incapacitadas legalmente por trastornos psiquiátricos graves. Aunque, en realidad, la jueza Coro nunca ha sido incapacitada.
«Nadie entiende qué hace allí. Además, la tienen aislada, como si no quisieran que hablara con nadie», manifiesta su amiga de la Fiscalía. Otra mujer, una abogada contratada por otra colega de la magistrada, ha iniciado varios requerimientos judiciales solicitando información sobre la situación de Coro y el motivo por el que está ingresada en un centro psiquiátrico sin que nadie pueda ir a verla.
Ésta es la historia de la bajada a los infiernos de la que fue una respetada jurista de San Sebastián.
La hija de un catedrático de Derecho Político que se sabía la Ilíada de Homero de memoria y que pasaba los veranos de su infancia en Francia y Alemania. La locura (y misterio) de una mujer que fue la mejor profesora de Derecho Constitucional en la Universidad de Extremadura, de una superdotada que se refugió en el alcohol después de que, según su entorno, un policía con mucho poder (el comisario de las cloacas) hiciera todo lo posible para sacarle a la luz trapos sucios, desquiciarla y apartarla de la carrera judicial. Lo logró.
La sorda cacería tuvo como escenario primigenio los juzgados de Plaza de Castilla. Allí todos los funcionarios conocían a Coro Cillán. Su presencia, la de una mujer corpulenta con bravo carácter, no pasaba desapercibida.
Pero lo que más resaltaba era su inteligencia y su capacidad para recordar al detalle cada nombre, cada fecha, cada caso. Coro había pasado antes, dejando huella, por la Sección Primera de la Audiencia de Guipúzcoa. Allí se ganó la fama de «tardona», porque se tomaba su tiempo en dictar sentencia, por lo que fue expedientada hasta en tres ocasiones.
En el País Vasco también ondeaba su pasado cercano al franquismo, su ideología de extrema derecha y su momento en la política con 29 años, cuando fue como número 2 de Unión Foral del País Vasco por Guipúzcoa en las elecciones generales de 1979.
En Madrid, a dos kilómetros del juzgado donde trabajaba Coro Cillán, bajando el paseo de la Castellana, en lo alto de la Torre Picasso, el comisario José Manuel Villarejo tenía varias oficinas desde donde controlaba un entramado empresarial que le ha había hecho millonario.
En la llamada operación Cataluña, donde aparece otro personaje que pone a la jueza en la diana del comisario. Se trata del ex financiero Javier de la Rosa, que había denunciado ser víctima de amenazas y coacciones por disponer de información sobre las supuestas cuentas en Suiza del ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol. La denuncia acabó en manos de Coro Cillán.
En enero de 2013, después de que la jueza pidiera (y presionara) a De la Rosa que ratificara su denuncia con pruebas, éste se echó para atrás alegando que no sabía con seguridad si Pujol tenía cuentas en Suiza. Lo que la jueza no sabía entonces es que, un mes antes, había tenido lugar una conversación telefónica entre el financiero y Villarejo en la que el comisario se ofrecía a mover los hilos para quitar a Cillán la jurisdicción del caso Pujol.
Quien era el abogado de Coro Cillán, José Luis Abascal, no tiene duda de que el audio es la prueba de que Villarejo quería acabar con la carrera de Coro.
Coro siempre tuvo claro quién había urdido el exitoso plan para acabar con su carrera. A él también le culpó de que dos años después de esa conversación, en 2014, fuese inhabilitada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid por prevaricar en el caso de la discoteca Moma.
«La inhabilitación la hundió. La última vez que hablamos me dijo que había una persona que estaba detrás de todo y que era un comisario corrupto [Villarejo, que aún no era conocido para el gran público]».
El letrado destaca igualmente que la primera vez que oyó a Coro hablar del comisario Villarejo fue a finales de 2011, cuando era la instructora de la causa abierta al ex jefe de los Tedax por su actuación en los atentados del 11-M.
«Fue un hombre fuerte del PP, Jaime Mayor Oreja, quien me pidió que admitiera a trámite una querella de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M y ese comisario estaba al tanto y lo intentó parar. Nunca debí aceptar participar en las teorías de la conspiración», le contaría una arrepentida Coro a su colega abogado.
De jueza a Indigente
Durante su estancia en el hospital, Interviú publicó un reportaje (junio de 2016) con Coro Cillán como protagonista: «De jueza a indigente», tituló la revista. «Se colaron hasta la habitación donde estaba ingresada, la fotografiaron y publicaron que vivía en la calle.
Es falso y eso terminó de desprestigiarla del todo. Sólo hay que ver que el director entonces de la revista [y luego director de Información Nacional en Moncloa, con Pedro Sánchez ya de presidente], Alberto Pozas, está hoy imputado por entregar ese año a Villarejo un pendrive con datos personales de Pablo Iglesias.
Está clara la conexión que existe», asegura el abogado José Luis Abascal, que fue quien llevó la querella criminal que la jueza puso contra el comisario.
El CNI . La amiga de Coro relata un episodio que vivió en una de sus visitas al hospital. A la jueza la iban a ver a menudo dos hombres, Paco y Carlos, de los que decía que eran aviadores amigos suyos.
Hasta que un día, Coro le confesó que realmente eran agentes del Centro Nacional de Inteligencia («porque se lo dijo otro amigo en común y además había visto unos papeles sobre su incapacitación solicitados por estos dos hombres»).
Fuentes policiales sitúan a Paco N. C. como a un coronel que colaboraba con el CNI, pero no precisan más detalles. Al contactar con Paco, ni reconoce ni desmiente los hechos. «Soy una persona independiente… preocupado por doña Coro y por otros temas sociales», responde a Crónica.
Después de estar en La Paz, la Comunidad de Madrid se hizo cargo provisionalmente de la jueza. Pasó al centro de mayores Casablanca, en el barrio de El Plantío, a apenas seis kilómetros de la sede del CNI.
«Un día fui a verla y me encontré en la puerta de la residencia con un hombre un poco extraño. Estaba hablando por teléfono y le escuché decir textualmente: “El Servicio nos informa de que Coro Cillán está ingresada en El Plantío”. Era todo muy raro, no entendía nada. Y encima después no me dejaron verla», cuenta otra amiga de su etapa en San Sebastián. El hombre al que se refiere era Paco N. C.
Meses después, mediado 2017, Cillán fue enviada lejos. A Palencia, al centro de rehabilitación psicosocial San Juan de Dios. En la página web del centro se explican los criterios de inclusión de los pacientes que reciben: «Enfermo mental crónico con trastorno psiquiátrico grave que dificulta su adaptación social y personal que le impide su integración». Los amigos de la jueza no entienden qué hace en Palencia. «La han aislado. No nos dejan visitarla», sostienen.
BIBLIOGRAFIA
Roberto R. Ballesteros